Muchos de nuestros clientes quieren hacer fotos de sus gatetes en nuestro estudio, pero piensan que al sacar el gato de casa, puede asustarse y no estar a gusto. Pero en Selgara Studio, respetamos los tiempos de los gatos, dejamos que estén un rato descubriendo cada uno de los rincones de nuestro estudio de fotografía en Benicalap para que se sientan como en casa. También tienen que acostumbrarse a nuestra presencia y ver que no somos una amenaza para que se sientan tranquilos.
Una vez han reconocido todos los elementos nuevos, le damos unas chuches de las que traigáis de casa para que sea un olor familiar que ya ha comido antes, sobre todo si son gatos mayores, que ya tienen una alimentación especial, no todos los gatos comen todas las chuches, tienen que estar acostumbrado a un tipo de comida.
También es conveniente que traigáis juguetes que le activen por si se esconde, para poder sacarlo por su propia voluntad sin causarle estrés. Si se os olvida el juguete, nosotras tenemos algunas cintas y juguetes que suelen funcionar muy bien para que jueguen y activarlos de manera que las fotos salgan lo mejor posible.

Es importante que vosotros estéis relajados en la sesión de estudio, ya que los gatos y los perros son muy sensibles a los estados de ánimo, son un espejo de lo que nosotros sentimos y nuestros estados de ánimo.
Empezaremos la sesión haciendo las fotos del gato primero, para que pueda oler tranquilamente todos el estudio e interactuar con los juguetes. Tenemos cajas donde pueden meterse, cestos y hasta columpios de macramé para que jueguen sin hacerse daño. Si el gato necesita más tiempo, no pasa nada, puede que el gato necesite descansar o no acaba de fiarse del todo, pero no pasa nada, siempre salen fotos de vuestro gato!.
Una vez tengamos ya varias fotos hechas, si queréis salir en la sesión de fotos, cogeréis al gato como si fuese un bebé, que es lo más cómodo para todos y se siente protegido. La mayoría de gatos no están acostumbrados a posar, pero otros, con un poco de adiestramiento, pueden quedarse en el hombro, para controlar el espacio desde lo alto, como cuando suben a una estantería.
